Expectativas 2021: Pymes en Argentina - PwC
8° Encuesta a Pymes de PwC Argentina
Las Pymes enfrentadas a dos pandemias: Covid-19 y crisis económica
Los efectos del Covid-19 tienen un impacto relevante en los trabajadores y empresas, afectando por igual a economías avanzadas y a países emergentes. El cierre de fronteras, comercios, fábricas, colegios, entre otras medidas para contener la expansión de la enfermedad, generaron incertidumbre ante lo desconocido y han puesto a prueba la capacidad de las empresas a trabajar en red para minimizar las consecuencias económicas.
Si bien las pymes son un importante motor del entramado productivo, producen riqueza y emplean mano de obra, son las que más sufren los vaivenes de nuestra economía. Según reveló la edición anterior del sondeo en cuanto al ranking de preocupaciones, el 75% mencionó la presión tributaria, el 74% la inflación y el 58% la volatilidad del tipo de cambio. En la presente encuesta, las preocupaciones continúan siendo las mismas y en ese mismo orden. Todo ello conforma lo que para los empresarios del sector torna muy complejo llevar adelante cualquier actividad o emprendimiento. Si a ello le sumamos el contexto actual, cada industria y cada empresa en particular, debería hacer su propio diagnóstico y enfrentar nuevos desafíos para sobrevivir.
Las empresas están repensando su negocio y transitando el camino que va “del miedo” hacia “la previsión”, acomodándose a la nueva realidad, usando la información disponible y tratando de desplegar una comunicación clara ante su personal, clientes y proveedores. Está claro que el panorama difiere según el sector, tamaño y la localización geográfica de cada una de ellas, pero en general todas están tratando de no aferrarse al pasado, enfocándose en el presente y al mismo tiempo rediseñando su futuro.
La digitalización ya no es una opción y encuentra en el nuevo contexto su verdadero impulsor. Digitalizarse es apoyarse en las nuevas tecnologías para incluir nuevas formas de trabajo que lo ayudarán a ganar eficiencia, agilidad, productividad y calidad. Lo importante entonces es, dentro de lo posible, informatizar los procesos de la empresa que aporten valor a usuarios y clientes y ello va a depender fundamentalmente de la capacidad profesional del recurso humano disponible para llevar adelante esta tarea. La capacidad de adaptación, gestión del cambio y seguimiento continuo de tendencias, son tareas imprescindibles ante la permanente evolución de la tecnología.
Conclusiones
No caben dudas que el mundo no será igual luego del COVID-19 donde habrá que lidiar con el impacto de la retracción económica global y las pymes deberán adaptarse rápidamente a estos cambios para poder sobrevivir. Resulta necesario que las autoridades gubernamentales establezcan una agenda post pandemia que aliviane los efectos adversos de este contexto y se focalice en las necesidades planteadas por los empresarios del sector sobre todo en acciones concretas que impulsen la demanda, la reducción de impuestos, recortes del gasto público y eliminación de la prohibición de despidos.
El plan de acción para el fortalecimiento del sector también deberá poner atención en los temas que más preocupan por su impacto a los directivos de las pequeñas y medianas empresas como, la presión tributaria, la inflación que condiciona la recuperación esperada y los efectos de las restricciones impulsadas por el confinamiento.
Hace ocho años, como conclusión de la primera edición de esta encuesta1, se le pedía a las Pymes que salieran a buscar oportunidades, más allá de las preocupaciones basadas en los obstáculos propios de ese momento, como los crecientes niveles de inflación, las restricciones aduaneras y cambiarias y el acceso al crédito. Hoy, y entendiendo el contexto donde va situando la pandemia a las Pymes, la sustentabilidad y supervivencia de las empresas no solo depende de su voluntad para innovar y sus ganas de seguir siendo productivas, sino de las decisiones gubernamentales, reglas previsibles y consensos básicos económicos y sociales que incluyan a este sector entre los prioritarios al momento de tomar decisiones.
El mundo cambió, y con él la economía mundial, y es imposible pensar que las Pymes pueden permanecer ajenas a los acontecimientos. Las preocupaciones que tenían hace ocho años no cambiaron notablemente, pero sí tienen menos protagonismo frente a la situación actual.